sábado, 14 de noviembre de 2015

alemanes. Warnemünde siempre.

Después de una semana en la que me he muerto un poco de pena, como la mari Mari, vuelvo la vista atrás y sonrío por todo lo bueno vivido.


Por la "p" de poema y puñal.


Por los golpes de una amiga llamando a mi puerta.


Por los kamikaces enamorados.


Por las tazas de té en buena compañía.

Por los pistoleros de sangre caliente.

Por las olas que no paran de chocar contra la costa reclamando lo que es suyo.


Por las cosas pequeñas que no todos ven, los detalles.

Por las felicidades baratas.

Por las gaviotas asesinas, con las que hay que tener cuidado.

Por las metas, que mejor si están lejos. Así, si me quedo a medias, al menos habré avanzado y disfrutado del camino.



¿Cuándo vas a venir otra vez por aquí? Cuando gire el poniente en tu pelo...
(Quique González)


2 comentarios:

Judith dijo...

Estas con la vena poética jeje.....

Irene dijo...

Mo estoy con ella, siempre he sido un poco así.