domingo, 28 de febrero de 2016

chinos. Pekín.


La corriente enseña el camino hacia el mar.

Que todo encaje poco a poco:
Llegar sin correr al embarque del segundo avión entre chinos cuando están a punto de cerrar las puertas.
Sentarme entre chinos que me enseñan a jugar al Mahjong como juegan los chinos.
Recibir lo que me dan chinos que me tratan como una marquesa.
Dormir entre chinos.
Sentir cómo los chinos me miran por ser la única occidental en el metro.
Dejarse llevar. Descubrir que has caminado entre chinos en la dirección contraria a la que "querías". Que a menos de cuatro horas en el país ya me estén preguntando el teléfono, chinos.
Sonreír entre chinos.
Reciclar entre chinos.
Limpiar la mierda de la habitación acumulada por muchos chinos. Que venga GreenPeace y me detenga pero yo no vivo con tal ecosistema detrás de la cama.
Tener sueño a las 20:00 o a las 14:00 h; no se sabe porque el tiempo es relativo.
Bajar al bar a las 01:30h.
El feng shui de una habitación es directamente proporcional al número de montañas que se ven desde la ventana, en mi caso, muchas.
:D

Nunca saber dónde puedes terminar, o empezar.

Suena demasiado bien
.

Caminando entre chinos.
Vetusta Morla, Copenhague.

2 comentarios:

Daithi dijo...

Comete un limón antes de salir de casa...así te camuflas entre la multitud!! ¬¬

Judith dijo...

Preciosa vista!!!
A la gente le cuesta limpiar y no le importa mantener pequeños ecosistemas con los que algunos somos incompatibles!!!